Carta a un personaje de ficción – #Escritura2018 3/52
Por Samantha Bañuelos R. | StevieVelvetDog
Estimado niño narrador:
Te hago llegar estas palabras en busca de sosiego. He presenciado una tragedia que ha entristecido mis recientes días. El 13 de enero, gozando de la resolana del semidesierto, durante el paseo diario de Stevie, mi pequeña maltés que ocupa todas mis alegrías, vimos un colibrí caer muerto en pleno vuelo frente a nuestros ojos. Estaba el ave con sus colores tornasolados aleteando a la velocidad de la luz y al instante siguiente se desplomada sin vida en nuestra cercanía. Stevie ladró y la detuve con fuerza, no quería que oliera la muerte de algo que tuvo el poder de vencer la gravedad y ahora no surcará más el horizonte.
Abandone el parque con la perrita en brazos como una acongojada mujer cobarde, lo cual te parecerá difícil creer de mi persona. Pero mi cabeza estaba llena de terror e incertidumbre: ¿El ave murió de frío? ¿Se canso de volar? ¿La escasez de flores le mato de hambre?...
Desde ese día empecé a redactar breves historias de aves, en un pobre intento de combatir su extinción al menos en mi memoria. Y he descubierto que sólo puedo escribir de lo que me preocupa, y ya no son los temas que nos abrumaban de jóvenes como: el Amor, la Justicia, la Soledad. Que ahora me parecen un cúmulo de sensaciones inmaduras en comparación de la pregunta que resuena a diario dentro de mi cráneo: ¿hasta que punto hemos lastimado al planeta?
Sé que es una pregunta inmensa, ya sospecho tu recomendación de relajarme con ánimos de cambiar la idea en mi terca sesera y de antemano te lo agradezco. Sin embargo, hemos de aceptar que el mundo ya no es el mismo, una desconsideración por el “otro” ha infectado nuestra percepción y el Otro quien quiera que sea, desde la humanidad hasta la flora y fauna, desaparecen día a día de la faz de la tierra.
Conociéndote me pedirás no exagerar, quizás deba seguir tu consejo y esperar mejores tiempos, pero mi carácter no da para tal indiferencia. Por eso aprovecho estas letras para desahogarme y prevenirte del momento en que veas caer aves muertas.
Recuerda que doy gracias por tu amistad y la lectura a estas palabras desesperadas. Tu querida compañera y confidente de este “mundo habitable”.
Samantha B.
PD: Cuando nos veamos prometo servir té negro, que cómo tú será imaginario, porque ya no se consigue debido al cambio climático.

Comentarios
Publicar un comentario
Ladren, perros ;)