Diálogo interior – #Escritura2018 1/52
Por Samantha Bañuelos R. | StevieVelvetDog
— Creo que hay un vacío dentro de mí. — pienso en voz alta mientras suspiro retorciéndome en la cama.
— ¿Ahora que pasa? ¿Cuál es la pregunta a contestar del día de hoy?
— Es tan sólo una sensación, pero creo que necesito volver a redactar.
— Pero si te ganas la vida escribiendo, que más podrías escribir.
— ESAS PALABRAS NO SON MÍAS… tan solo me dedico a escribir “bien” los conceptos comerciales de los clientes.
— ¿Pero eso es redactar, no? — pregunta burlona la vocecita de mi interior.
— Claro, pero no son mis ideas… tan sólo tareas para pagar la hipoteca, las croquetas, dos comidas al día, un libro de vez en cuando y el Netflix. — digo haciendo una mueca que asemeja una sonrisa a medio aparecer.
— ¡Uy! cuanto drama sólo es cuestión de bajarle el tiempo a los doramas.
— ¡NO! ¿De dónde provendrá la inspiración sino de ver a los hombres más guapos del planeta?
— Bájale a los coreanos o a los tiempos de lectura, tú decides. — escucho a la voz pronunciar desde la oscuridad.
— ¡JAMÁS! Quizás pueda estar sin escribir pero no sin leer. Si en algo he organizado mi tiempo es para leer algo más que manuales de programación. Además a mi bebé perrito le gusta escucharme leer en voz alta, y es por ella que no puedo restar ni un minuto a la lectura. Además ¿de que otro lado obtendría el imaginario?
— Te ahogas en un vaso de agua y francamente empiezas a escucharte aburrida. Mejor hagamos un Trato Matemático.
— ¿Un Trato Matemático? — pregunto escéptica.
— Para producir hay que trabajar ocho horas, dormir ocho horas y hacer las demás cosas en ocho horas. Lo importante es no intentar hacerlo todo en las mismas ocho horas.
— WHAA?! Lo siento, mi agenda esta llena 24/7.
— ¡Entiende, mártir del tiempo! La semana tiene 168 horas, sólo dedica 8 de ellas a la escritura.
— Si lo pones así es más comprensible. — reflexionó rascándome la cabeza.
— Además hoy en día hasta con un smartphone se puede practicar la escritura. ¿O te vas a poner purista como con la lectura, de sólo leer en papel?
— No, tu sugerencia me parece viable. Me disculpó si en algún punto soné impertinente.
— Cómo si no te conociera, sólo tienes que hallar el ímpetu y en cualquier momento estarás escribiendo. — afirma la voz mientras limpia sus lentes de sol.
— Es verdad, es tan fácil como decir: ¡Sí, porque no!
— En fin… fue un placer asistirte como siempre. — dice la voz masculina que desaparece en la profundidades del líquido cefalorraquídeo.
Ahora la alcoba se encuentra en silencio, Stevie reposa en mi regazo y me dispongo a leerle este dialogo interior desde la app de textos para dispositivos móviles.
Stevie, la can-hija a quién se le lee en voz alta.
Me gustó :)
ResponderBorrarGracias por tu lectura. ;)
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